¿Será la última vez en el “Siles”?
lunes, 5 de octubre de 2009
La Selección Boliviana jugará frente a Brasil, el próximo domingo, su último partido como local en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010. El fantasma del veto nunca se ha ido y no se sabe si en el premundial siguiente La Paz seguirá siendo la sede de la “Verde”
Cada que termina una eliminatoria mundialista la pregunta que los bolivianos nos hacemos es la misma: ¿Habrá sido la última para el “Hernando Siles” como escenario de los partidos de la Selección Nacional en casa? Esta vez la respuesta —que la FIFA promete que será la definitiva— tardará en llegar por lo menos un año.
Bolivia recibirá el próximo domingo a Brasil y con ese cotejo cerrará sus actuaciones de local en el camino rumbo a Sudáfrica 2010. Hay quienes piensan que ése puede ser el último encuentro en Miraflores; en cambio, los más optimistas consideran que por fin se torcerá el fuerte brazo de la FIFA y se ahuyentará de por vida al fantasma del famoso veto a la altura.
“No veo por qué tendríamos que temer que sea el último partido del equipo nacional en nuestro principal reducto. Creo que los últimos estudios médicos demuestran que es totalmente factible jugar en La Paz”, opinó el presidente de Bolívar, Guido Loayza Mariaca.
Esta historia de nunca acabar comenzó justamente en su gestión, cuando él era presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). En 1993, Bolivia derrotó precisamente a Brasil y le quitó 40 años de invicto en eliminatorias; desde entonces los brasileños le declararon la guerra a la altura y se han convertido en sus principales enemigos. Hoy por hoy todavía hacen fuerza para que nunca más su selección tenga que venir a La Paz.
“Espero que no sea la última vez que se juegue en el estadio Hernando Siles. Aunque la posibilidad siempre ha existido y no por ser, el que viene, el último partido de eliminatoria, sino porque el tema del veto sigue en vilo”, admitió Pedro Zambrano, secretario general de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Desde la década del 90, a partir de las eliminatorias para el Mundial de Francia 98, los ataques de la FIFA a la altura han sido constantes. Apurada por potencias como Brasil
—que no es la única—, la máxima institución del balompié internacional ha intentado, una y otra vez, impedir que se siga jugando a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
La última vez fue en 2007, cuando supuestos estudios médicos determinaron que jugar en la altura es peligroso para la salud sin una previa aclimatación. Entonces se disfrazó el veto con la exigencia de someter a los equipos que tuvieran que visitar La Paz a un periodo previo de 15 días de adaptación, algo imposible de llevar a cabo en la práctica.
El 27 de mayo de 2007, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunciaba la decisión del Comité Ejecutivo, prohibiendo la disputa de partidos internacionales de fútbol en ciudades que estén ubicadas a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, “por razones médicas y para proteger la salud de los deportistas”.
Un día después, el mismo Comité Ejecutivo dejaba el asunto en manos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
El 31 de mayo, en una actitud de flagrante transgresión de los derechos de los pueblos a decidir en donde jugar, la FIFA determinaba subir el tope de su prohibición de 2.500 metros a más de 3.000, hecho que dejaba al estadio Hernando Siles sin la posibilidad de albergar ningún partido internacional.
Sin embargo, el 15 de junio, el Comité Ejecutivo de la Conmebol, de manera unánime, decidía solicitarle a la FIFA dejar sin efecto el veto a la altura, en tanto no se lleven a cabo estudios médicos, y ratificaba a La Paz como sede de los partidos de eliminatorias; es así que el 13 de octubre de ese año Bolivia debutaba como local frente a Colombia.
La lucha boliviana que jamás cesó pudo conseguir que el “Siles” fuera habilitado provisionalmente para la actual eliminatoria, con el compromiso de que, a fin de tomar una decisión final, se realicen estudios médico-científicos confiables sobre la práctica del fútbol en condiciones extremas.
El 28 de mayo del año pasado, el Comité Ejecutivo de la FIFA tomó esa determinación y Bolivia pudo continuar jugando en La Paz.
La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) tomó a su cargo los primeros estudios médicos que hoy todavía se están realizando en su segunda fase; las conclusiones serán presentadas en el mes de febrero en Sudáfrica, cuando se reúna la Comisión Médica de la FIFA, y ésta, a su vez, las trasladará al Comité Ejecutivo, con las consiguientes recomendaciones, a fin de que tome una determinación esta vez sí definitiva.
“El 15 de octubre viajaré para participar en el congreso médico aplicado al fútbol que se realizará en Suiza, pero la importancia para nosotros es que en esa fecha llenaremos el formulario para presentar el resumen del trabajo que hemos realizado, a fin de que pueda ser leído en febrero de 2010 en Sudáfrica. Es la Comisión Médica la que revisa los trabajos y si tenemos razón, cuando el Comité Ejecutivo de la FIFA se reúna en octubre del próximo año, tomará la decisión de levantar definitivamente el veto”, explicó Ivo Eterovic, médico de la FBF y encargado de los estudios de la práctica del fútbol en la altura.
De acuerdo con el galeno, “las condiciones están dadas como para que juguemos las próximas eliminatoria en La Paz, porque la FIFA se dio cuenta de que no puede meterse con temas de la altura, el frío o el calor, cosa que se está dificultando enormemente y está generando mucha polémica. Con todo lo sucedido en el último tiempo ha emblandecido su posición y con el trabajo que les presentaremos esperamos sellar esta situación”.
Según Zambrano, actualmente no existe ninguna resolución de la FIFA que diga que no se puede jugar en La Paz, pero “sí hay un informe de la Comisión Médica que dice que hay problemas para jugar en La Paz; en todo caso, eso no inhabilita un estadio, aunque obviamente sabemos que hay la intención de vetar al ‘Hernando Siles’; por eso nosotros estamos haciendo la defensa, y además se trata de un tema de dignidad nacional”.
Un hecho que al parecer esta a nuestro favor —dijo Zambrano— es que el estudio de la defensa de la altura que se realiza en Bolivia es el único que ha tomado en cuenta a jugadores de fútbol, ya que la FIFA no cuenta con otro similar, elemento que es muy importante porque la reacción de los futbolistas es diferente al de cualquier otro deportista, “porque el fútbol es anaeróbico y aeróbico y el jugador tiene periodos de recuperación dentro del mismo partido. Nosotros pretendemos demostrarle a la FIFA que los futbolistas no corren peligro al jugar en la altura y tampoco existe una contradicción al juego limpio, porque la ventaja que existe de jugar en la altura es fácilmente superada si se cumple el requisito de llegar cuatro horas antes a La Paz, tiempo en el que no existe la pérdida de la capacidad del deportista”.
El Secretario General de la FBF advirtió de que, incluso si dentro de un año la FIFA decidiera vetar nuevamente la práctica del fútbol en la altura, la lucha continuaría, si es necesario presentando una demanda contra la FIFA por discriminación.
“La lucha va a continuar, el tema de la altura no es un tema de la ciudad de La Paz, es un tema nacional, es un tema de
país y así fuera la eliminatoria en Oruro, igual habría que defenderla; no podemos quedar indiferentes ante la discriminación. Además la altura es una cosa de nuestra convivencia, del día a día en el fútbol nacional, porque nuestros equipos del llano suben a la altura y los de la altura bajan al llano”.
Además de los estudios médicos que se realizan, Zambrano afirmó que durante estos dos años la federación ha venido trabajando a nivel de las otras nueve asociaciones nacionales de Sudamérica, a fin de que mantengan su apoyo incondicional dentro de la Conmebol, bajo el lema de que “se debe jugar donde se vive”. Hasta el momento, Brasil se mantiene al margen de ese convencimiento.
Independientemente de que exista o no el veto al fútbol en la altura, la posibilidad de jugar la próxima eliminatoria en otra ciudad o en más de una, como hacen otros países, está latente.
Zambrano aclaró que el actual directorio de la FBF “eligió a La Paz como única sede de la Selección en esta eliminatoria, y la ha defendido hasta el final; lo que ocurra después será cosa del próximo directorio, que será elegido en julio de 2010 por un periodo de cuatro años”.
Mantener a La Paz o cambiarla, ¿qué es mejor?
Son diversas las posiciones. Hay quienes creen que Bolivia debe mantener a La Paz como sede de sus partidos como local por las eliminatorias mundialistas; pero otros consideran que es hora de cambiar, sobre todo porque la altura —dicen— afecta incluso a nuestros propios jugadores.
Varios dirigentes de nuestro fútbol fueron consultados al respecto. Presidentes de clubes, que tienen voz y voto en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), la entidad que elige la sede.
“Creo que se debe jugar en el lugar que consideremos que es el mejor, no sólo en el estadio de La Paz, puede ser en el de Oruro, Cochabamba, Santa Cruz o en cualquier lado; además, depende de ver qué es lo más favorable. Por ejemplo, en la altura, hay jugadores que llegan de afuera, de nuestra propia Selección, y no se aclimatan rápido a La Paz. A no ser que se haga una Selección con futbolistas que jueguen en los equipos de esa ciudad”, manifestó Carlos Bendeck, presidente de Blooming.
José Luis Montaño, de Aurora, considera que podría ser una buena “iniciativa” que desde la próxima eliminatoria el país decida jugar los partidos en distintas sedes y que se debiera ver cómo nuestro seleccionado se comporta en el llano, “y no siempre jugar en La Paz”.
El handicap que representa jugar en La Paz es reconocido por Orlando Jordán, presidente de Wilstermann, quien asegura que “no es lo mismo para Brasil jugar en Santa Cruz que jugar en La Paz, pero tampoco podemos decir que solamente es La Paz el lugar donde se tiene que disputar la eliminatoria; por qué no Oruro, o Potosí, por qué no Cochabamba o Santa Cruz, eso debía ser de acuerdo con la conveniencia de nuestro fútbol”.
Jordán asegura, empero, que conviene jugar en La Paz, porque esa sede da una ventaja competitiva, y porque además “la base de la Selección está en Bolívar, por lo que a partir de esa base se debería armar el resto”.
Sergio Asbún, presidente de The Strongest, se limitó a anotar que el cambio de sede, si es que se opta por esa vía, es una prerrogativa de la Federación; en todo caso, “deben ser todos los dirigentes los que lo decidan”.
Las frases
No creo que contra Brasil se juegue por última vez en La Paz. En primer lugar, se está haciendo una buena defensa de la altura y cualquier país tiene el derecho de elegir en dónde juega su Selección”
Carlos Bendeck / Presidente de Blooming
Es difícil decir si será la última vez, pero sabemos que está vigente todavía la polémica. Como bolivianos, tenemos que pelear contra el veto, porque tenemos derecho a jugar en todas partes”
José Luis Montaño / Presidente de Aurora
En La Paz siempre se va a jugar al fútbol. No hay motivo para vetar, incluso se ha visto que los equipos del exterior pueden ganar también allá y está comprobado que el rendimiento en la altura no disminuye”
Orlando Jordán / Presidente de Wilstermann
Éste no será el último partido en La Paz, de ninguna manera. Tenemos que jugar donde nosotros decidamos y si se quiere jugar en La Paz, así será, por la universalidad del fútbol”
Sergio Asbún / Presidente de The Strongest
En la punta del cerro
Recuerdo un encuentro de fútbol en el viejo estadio Hernando Siles, entre el Bolívar de La Paz y el Millonarios de Bogotá, Colombia. Corrían los primeros años de la década del 50. Allí estaban aquellos astros de talla mundial como Di Stefano, Pedernera, Pini y Rossi, entre otros. Fue un hermoso partido y a pesar del “Maestro” Ugarte, el Millonarios nos ganó y nos ganó bien (…)
Para un niño como otros miles más, la angustia de no poder ingresar al estadio, dada la magra economía de nuestros bolsillos, dominaba el conjunto de nuestras preocupaciones.
Nada más nos inquietaba. Menos aún que el partido se estuviese jugando en un escenario ubicado a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar. ¿Eran tal vez dioses aquellos hombres que brindaban una visión mágica de fuerza y plasticidad; que combinaban sus jugadas hilando una maravillosa red de toques de balón y desplazamientos elegantes y diestros?
A nadie se le habría ocurrido pensar que la altura de La Paz hubiera sido un factor dañino para ellos. Lamentablemente, ni los niños pudimos soñar mucho tiempo con aquellos hombres ejemplares, que simplemente amaban jugar al fútbol, en La Paz, en Oruro, en Potosí, en Bogotá, en Quito, en Cusco, en Calama, en Arequipa, en el venezolano y andino Táchira o en Jujuy, o en México, o finalmente en “la punta del cerro”, como decíamos entonces entre muchachos.
El deporte boliviano, incluido el fútbol, no había tenido hasta entonces grandes sucesos, a excepción de los logrados por algunos atletas y clubes que se iniciaban en una pálida concepción del profesionalismo y del olimpismo; como en el basquetbol de las hermanas Gandarillas de Cochabamba; o en el atletismo del decatlonista tarijeño D. Julio Kolberg, récord desde 1942, justamente en La Paz; o la atleta chuquisaqueña Geovana Irusta en caminata de larga distancia, o la natación de la cruceña Katherine Moreno. Y es bueno tener en cuenta, así mismo, hoy más que nunca, que el deporte ha cobrado un auge extraordinario y se ha universalizado, constituye uno de los aspectos principales de la cultura contemporánea, su libre práctica es parte de los derechos de hombres, mujeres y niños, allí donde viven y compiten.
Esto es pues lo que procuraremos comunicar, con un carácter de difusión, más que enteramente científico y técnico, lo que significa la altura en el deporte, sea en las graderías inmensas del “Hernando Siles” y de la pileta de Alto Obrajes, en La Paz; o la de Sucre a 2.700 metros de altura, o la de Santa Cruz en el llano; incluso en un “campito” polvoriento, con cientos o miles de niños y niñas detrás de una pelota.
El Dr. Mario Paz Zamora fue dirigente del club Bolívar y es especializado en medicina deportiva. Fue director del Instituto Boliviano de Biología de la Altura. Esta columna fue extractada de una parte de la conferencia Deporte en la Altura, a su cargo, en el marco de una iniciativa de la Universidad de todos los saberes, de la Amazonia a los Andes; de la Embajada de Francia y los ministerios de Educación y Culturas de Bolivia.
Cada que termina una eliminatoria mundialista la pregunta que los bolivianos nos hacemos es la misma: ¿Habrá sido la última para el “Hernando Siles” como escenario de los partidos de la Selección Nacional en casa? Esta vez la respuesta —que la FIFA promete que será la definitiva— tardará en llegar por lo menos un año.
Bolivia recibirá el próximo domingo a Brasil y con ese cotejo cerrará sus actuaciones de local en el camino rumbo a Sudáfrica 2010. Hay quienes piensan que ése puede ser el último encuentro en Miraflores; en cambio, los más optimistas consideran que por fin se torcerá el fuerte brazo de la FIFA y se ahuyentará de por vida al fantasma del famoso veto a la altura.
“No veo por qué tendríamos que temer que sea el último partido del equipo nacional en nuestro principal reducto. Creo que los últimos estudios médicos demuestran que es totalmente factible jugar en La Paz”, opinó el presidente de Bolívar, Guido Loayza Mariaca.
Esta historia de nunca acabar comenzó justamente en su gestión, cuando él era presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). En 1993, Bolivia derrotó precisamente a Brasil y le quitó 40 años de invicto en eliminatorias; desde entonces los brasileños le declararon la guerra a la altura y se han convertido en sus principales enemigos. Hoy por hoy todavía hacen fuerza para que nunca más su selección tenga que venir a La Paz.
“Espero que no sea la última vez que se juegue en el estadio Hernando Siles. Aunque la posibilidad siempre ha existido y no por ser, el que viene, el último partido de eliminatoria, sino porque el tema del veto sigue en vilo”, admitió Pedro Zambrano, secretario general de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Desde la década del 90, a partir de las eliminatorias para el Mundial de Francia 98, los ataques de la FIFA a la altura han sido constantes. Apurada por potencias como Brasil
—que no es la única—, la máxima institución del balompié internacional ha intentado, una y otra vez, impedir que se siga jugando a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
La última vez fue en 2007, cuando supuestos estudios médicos determinaron que jugar en la altura es peligroso para la salud sin una previa aclimatación. Entonces se disfrazó el veto con la exigencia de someter a los equipos que tuvieran que visitar La Paz a un periodo previo de 15 días de adaptación, algo imposible de llevar a cabo en la práctica.
El 27 de mayo de 2007, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunciaba la decisión del Comité Ejecutivo, prohibiendo la disputa de partidos internacionales de fútbol en ciudades que estén ubicadas a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, “por razones médicas y para proteger la salud de los deportistas”.
Un día después, el mismo Comité Ejecutivo dejaba el asunto en manos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
El 31 de mayo, en una actitud de flagrante transgresión de los derechos de los pueblos a decidir en donde jugar, la FIFA determinaba subir el tope de su prohibición de 2.500 metros a más de 3.000, hecho que dejaba al estadio Hernando Siles sin la posibilidad de albergar ningún partido internacional.
Sin embargo, el 15 de junio, el Comité Ejecutivo de la Conmebol, de manera unánime, decidía solicitarle a la FIFA dejar sin efecto el veto a la altura, en tanto no se lleven a cabo estudios médicos, y ratificaba a La Paz como sede de los partidos de eliminatorias; es así que el 13 de octubre de ese año Bolivia debutaba como local frente a Colombia.
La lucha boliviana que jamás cesó pudo conseguir que el “Siles” fuera habilitado provisionalmente para la actual eliminatoria, con el compromiso de que, a fin de tomar una decisión final, se realicen estudios médico-científicos confiables sobre la práctica del fútbol en condiciones extremas.
El 28 de mayo del año pasado, el Comité Ejecutivo de la FIFA tomó esa determinación y Bolivia pudo continuar jugando en La Paz.
La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) tomó a su cargo los primeros estudios médicos que hoy todavía se están realizando en su segunda fase; las conclusiones serán presentadas en el mes de febrero en Sudáfrica, cuando se reúna la Comisión Médica de la FIFA, y ésta, a su vez, las trasladará al Comité Ejecutivo, con las consiguientes recomendaciones, a fin de que tome una determinación esta vez sí definitiva.
“El 15 de octubre viajaré para participar en el congreso médico aplicado al fútbol que se realizará en Suiza, pero la importancia para nosotros es que en esa fecha llenaremos el formulario para presentar el resumen del trabajo que hemos realizado, a fin de que pueda ser leído en febrero de 2010 en Sudáfrica. Es la Comisión Médica la que revisa los trabajos y si tenemos razón, cuando el Comité Ejecutivo de la FIFA se reúna en octubre del próximo año, tomará la decisión de levantar definitivamente el veto”, explicó Ivo Eterovic, médico de la FBF y encargado de los estudios de la práctica del fútbol en la altura.
De acuerdo con el galeno, “las condiciones están dadas como para que juguemos las próximas eliminatoria en La Paz, porque la FIFA se dio cuenta de que no puede meterse con temas de la altura, el frío o el calor, cosa que se está dificultando enormemente y está generando mucha polémica. Con todo lo sucedido en el último tiempo ha emblandecido su posición y con el trabajo que les presentaremos esperamos sellar esta situación”.
Según Zambrano, actualmente no existe ninguna resolución de la FIFA que diga que no se puede jugar en La Paz, pero “sí hay un informe de la Comisión Médica que dice que hay problemas para jugar en La Paz; en todo caso, eso no inhabilita un estadio, aunque obviamente sabemos que hay la intención de vetar al ‘Hernando Siles’; por eso nosotros estamos haciendo la defensa, y además se trata de un tema de dignidad nacional”.
Un hecho que al parecer esta a nuestro favor —dijo Zambrano— es que el estudio de la defensa de la altura que se realiza en Bolivia es el único que ha tomado en cuenta a jugadores de fútbol, ya que la FIFA no cuenta con otro similar, elemento que es muy importante porque la reacción de los futbolistas es diferente al de cualquier otro deportista, “porque el fútbol es anaeróbico y aeróbico y el jugador tiene periodos de recuperación dentro del mismo partido. Nosotros pretendemos demostrarle a la FIFA que los futbolistas no corren peligro al jugar en la altura y tampoco existe una contradicción al juego limpio, porque la ventaja que existe de jugar en la altura es fácilmente superada si se cumple el requisito de llegar cuatro horas antes a La Paz, tiempo en el que no existe la pérdida de la capacidad del deportista”.
El Secretario General de la FBF advirtió de que, incluso si dentro de un año la FIFA decidiera vetar nuevamente la práctica del fútbol en la altura, la lucha continuaría, si es necesario presentando una demanda contra la FIFA por discriminación.
“La lucha va a continuar, el tema de la altura no es un tema de la ciudad de La Paz, es un tema nacional, es un tema de
país y así fuera la eliminatoria en Oruro, igual habría que defenderla; no podemos quedar indiferentes ante la discriminación. Además la altura es una cosa de nuestra convivencia, del día a día en el fútbol nacional, porque nuestros equipos del llano suben a la altura y los de la altura bajan al llano”.
Además de los estudios médicos que se realizan, Zambrano afirmó que durante estos dos años la federación ha venido trabajando a nivel de las otras nueve asociaciones nacionales de Sudamérica, a fin de que mantengan su apoyo incondicional dentro de la Conmebol, bajo el lema de que “se debe jugar donde se vive”. Hasta el momento, Brasil se mantiene al margen de ese convencimiento.
Independientemente de que exista o no el veto al fútbol en la altura, la posibilidad de jugar la próxima eliminatoria en otra ciudad o en más de una, como hacen otros países, está latente.
Zambrano aclaró que el actual directorio de la FBF “eligió a La Paz como única sede de la Selección en esta eliminatoria, y la ha defendido hasta el final; lo que ocurra después será cosa del próximo directorio, que será elegido en julio de 2010 por un periodo de cuatro años”.
Mantener a La Paz o cambiarla, ¿qué es mejor?
Son diversas las posiciones. Hay quienes creen que Bolivia debe mantener a La Paz como sede de sus partidos como local por las eliminatorias mundialistas; pero otros consideran que es hora de cambiar, sobre todo porque la altura —dicen— afecta incluso a nuestros propios jugadores.
Varios dirigentes de nuestro fútbol fueron consultados al respecto. Presidentes de clubes, que tienen voz y voto en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), la entidad que elige la sede.
“Creo que se debe jugar en el lugar que consideremos que es el mejor, no sólo en el estadio de La Paz, puede ser en el de Oruro, Cochabamba, Santa Cruz o en cualquier lado; además, depende de ver qué es lo más favorable. Por ejemplo, en la altura, hay jugadores que llegan de afuera, de nuestra propia Selección, y no se aclimatan rápido a La Paz. A no ser que se haga una Selección con futbolistas que jueguen en los equipos de esa ciudad”, manifestó Carlos Bendeck, presidente de Blooming.
José Luis Montaño, de Aurora, considera que podría ser una buena “iniciativa” que desde la próxima eliminatoria el país decida jugar los partidos en distintas sedes y que se debiera ver cómo nuestro seleccionado se comporta en el llano, “y no siempre jugar en La Paz”.
El handicap que representa jugar en La Paz es reconocido por Orlando Jordán, presidente de Wilstermann, quien asegura que “no es lo mismo para Brasil jugar en Santa Cruz que jugar en La Paz, pero tampoco podemos decir que solamente es La Paz el lugar donde se tiene que disputar la eliminatoria; por qué no Oruro, o Potosí, por qué no Cochabamba o Santa Cruz, eso debía ser de acuerdo con la conveniencia de nuestro fútbol”.
Jordán asegura, empero, que conviene jugar en La Paz, porque esa sede da una ventaja competitiva, y porque además “la base de la Selección está en Bolívar, por lo que a partir de esa base se debería armar el resto”.
Sergio Asbún, presidente de The Strongest, se limitó a anotar que el cambio de sede, si es que se opta por esa vía, es una prerrogativa de la Federación; en todo caso, “deben ser todos los dirigentes los que lo decidan”.
Las frases
No creo que contra Brasil se juegue por última vez en La Paz. En primer lugar, se está haciendo una buena defensa de la altura y cualquier país tiene el derecho de elegir en dónde juega su Selección”
Carlos Bendeck / Presidente de Blooming
Es difícil decir si será la última vez, pero sabemos que está vigente todavía la polémica. Como bolivianos, tenemos que pelear contra el veto, porque tenemos derecho a jugar en todas partes”
José Luis Montaño / Presidente de Aurora
En La Paz siempre se va a jugar al fútbol. No hay motivo para vetar, incluso se ha visto que los equipos del exterior pueden ganar también allá y está comprobado que el rendimiento en la altura no disminuye”
Orlando Jordán / Presidente de Wilstermann
Éste no será el último partido en La Paz, de ninguna manera. Tenemos que jugar donde nosotros decidamos y si se quiere jugar en La Paz, así será, por la universalidad del fútbol”
Sergio Asbún / Presidente de The Strongest
En la punta del cerro
Recuerdo un encuentro de fútbol en el viejo estadio Hernando Siles, entre el Bolívar de La Paz y el Millonarios de Bogotá, Colombia. Corrían los primeros años de la década del 50. Allí estaban aquellos astros de talla mundial como Di Stefano, Pedernera, Pini y Rossi, entre otros. Fue un hermoso partido y a pesar del “Maestro” Ugarte, el Millonarios nos ganó y nos ganó bien (…)
Para un niño como otros miles más, la angustia de no poder ingresar al estadio, dada la magra economía de nuestros bolsillos, dominaba el conjunto de nuestras preocupaciones.
Nada más nos inquietaba. Menos aún que el partido se estuviese jugando en un escenario ubicado a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar. ¿Eran tal vez dioses aquellos hombres que brindaban una visión mágica de fuerza y plasticidad; que combinaban sus jugadas hilando una maravillosa red de toques de balón y desplazamientos elegantes y diestros?
A nadie se le habría ocurrido pensar que la altura de La Paz hubiera sido un factor dañino para ellos. Lamentablemente, ni los niños pudimos soñar mucho tiempo con aquellos hombres ejemplares, que simplemente amaban jugar al fútbol, en La Paz, en Oruro, en Potosí, en Bogotá, en Quito, en Cusco, en Calama, en Arequipa, en el venezolano y andino Táchira o en Jujuy, o en México, o finalmente en “la punta del cerro”, como decíamos entonces entre muchachos.
El deporte boliviano, incluido el fútbol, no había tenido hasta entonces grandes sucesos, a excepción de los logrados por algunos atletas y clubes que se iniciaban en una pálida concepción del profesionalismo y del olimpismo; como en el basquetbol de las hermanas Gandarillas de Cochabamba; o en el atletismo del decatlonista tarijeño D. Julio Kolberg, récord desde 1942, justamente en La Paz; o la atleta chuquisaqueña Geovana Irusta en caminata de larga distancia, o la natación de la cruceña Katherine Moreno. Y es bueno tener en cuenta, así mismo, hoy más que nunca, que el deporte ha cobrado un auge extraordinario y se ha universalizado, constituye uno de los aspectos principales de la cultura contemporánea, su libre práctica es parte de los derechos de hombres, mujeres y niños, allí donde viven y compiten.
Esto es pues lo que procuraremos comunicar, con un carácter de difusión, más que enteramente científico y técnico, lo que significa la altura en el deporte, sea en las graderías inmensas del “Hernando Siles” y de la pileta de Alto Obrajes, en La Paz; o la de Sucre a 2.700 metros de altura, o la de Santa Cruz en el llano; incluso en un “campito” polvoriento, con cientos o miles de niños y niñas detrás de una pelota.
El Dr. Mario Paz Zamora fue dirigente del club Bolívar y es especializado en medicina deportiva. Fue director del Instituto Boliviano de Biología de la Altura. Esta columna fue extractada de una parte de la conferencia Deporte en la Altura, a su cargo, en el marco de una iniciativa de la Universidad de todos los saberes, de la Amazonia a los Andes; de la Embajada de Francia y los ministerios de Educación y Culturas de Bolivia.